bitcoin y el medio ambiente
Tiempo de lectura: 9 minutos

Bitcoin y el Medioambiente… ¿Amigos o enemigos?

El que Bitcoin y su minería sean nocivos para el medio ambiente, es un argumento carente de sentido que los críticos y escépticos tratan de utilizar para retrasar su adopción.

Hoy voy a proporcionarte verdades fundamentadas con las cuales esta crítica quedará desmontada.

Es más, al contrario de lo que muchísimas personas desinformadas piensan, quédate con esto porque será la conclusión a la que llegarás al final del artículo, Bitcoin ayudará a crear un planeta mucho más verde y sostenible.

Bitcoin utiliza energía para funcionar

Empecemos por decir que es un hecho que la minería de Bitcoin requiere de un uso intensivo de energía, nadie va a discutir eso.

Se necesita energía para validar transacciones y hacer más segura la red. Bitcoin es muy transparente con respecto a esto, ya que su “hashing” o poder computacional (totalmente público), marca cuan de segura es la red y cuánta energía está consumiendo en cada momento. A más energía consumida, más sólida es su red.

A la gente le encanta lanzar críticas acerca del consumo de energía de Bitcoin, pero luego inundan sus casas de luces de navidad; cogen el coche o moto para trayectos que podrían hacer andando; o no les importa que se hagan pruebas militares a diario por todo el país…

En cuanto a esto, es el libre mercado el que debe decidir qué cantidad de energía se consume y para qué, así como la importancia relativa que tiene cada uso de energía para cada individuo o sociedad.

Hablaremos de esto último hacia final del artículo. Pero antes, hablemos de la energía en sí.

La energía disponible

En el artículo de “¿Es bitcoin un buen valor refugio?”, hablamos acerca de la verdadera escasez de los recursos. Pues bien, con la energía ocurre exactamente lo mismo.

Al contrario de lo que la gente pueda imaginar, desde un punto de vista práctico, la energía no es escasa o limitada.

Pensar que es así, produce una percepción negativa acerca de su uso, ya que utilizarla para algo estaría privando otros usos que pudiesen, a ojos de alguien concreto (recuérdese el libre mercado y los gustos de cada consumidor), ser más importantes.

Al igual que ocurre con cualquier recurso, es el tiempo humano destinado a obtenerlo lo que determina su oferta. El esfuerzo que destinamos a obtener y canalizar energía, en las cantidades y hacía los lugares correctos, es lo que determina su escasez.

La energía es algo que obtenemos de La Tierra, y ni de lejos aprovechamos, ni aprovecharemos, toda la que nos brinda.

Para ponerte en situación, y poniendo a la energía solar como ejemplo, solo una hora de la energía que el sol desprende sobre el planeta es suficiente para alimentar todo nuestro consumo durante un año.

Lo mismo pasa con la energía que podemos obtener de los ríos o el viento… Por lo que podemos decir que la cantidad de energía que el ser humano tiene disponible es infinita en la práctica. Pues jamás podrá aprovechar el 100% de la energía que nuestro planeta nos brinda.

Por otro lado, la evolución de la tecnología y la sociedad hacen que se demande cada vez más energía, eso es otro hecho. Al igual que lo es el que consumir más energía, nos aporta una mejor calidad de vida.

Entonces… ¿Es consumir energía algo bueno o malo?

Pues eso depende. En lo que debemos fijarnos no es cuanta energía consumimos, sino de donde sale o como se obtiene esa energía. Lo realmente importante es que la energía que utilicemos provenga, cuanto más mejor, de energías renovables (solar, eólica, geotérmica…) o nucleares.

Lo mismo pasa con bitcoin. Bitcoin es tan “verde” como “verde” sea su input de energía. La minería de BTC que se esté llevando a cabo a partir de energías fósiles, estará perjudicando el planeta. Pero no la que se realice a partir de energía libre de emisiones de carbono.

Bitcoin y la energía barata

La minería de bitcoin no siempre pudo enfocarse en la obtención de energía limpia para su actividad.

Bitcoin empezó minándose en las casas de sus usuarios, con ordenadores caseros. Pero en 2012, la empresa china Avalon, desarrolló los primeros ASICs (Circuito Integrado para Aplicaciones Específicas), equipos informáticos creados específicamente para minar bitcoin y hacerlo de la forma más eficiente posible.

La competencia se volvió tan atroz, que se hizo imposible volver a minar BTC con otra cosa. Solo había un problema, que las primeras versiones distaban mucho de ser perfectas.

Esto hacía que estuviesen en constante evolución y que su vida útil fuese de una media de 6 meses, a veces incluso 3. Por lo que la ventana de tiempo en el que un ASIC era rentable, era muy corta.

Así, la minería de bitcoin no tenía más remedio que ocurrir cerca de los productores de estos sistemas informáticos dedicados. Teniéndola que hacer con la energía que estuviese disponible en los alrededores, sin demasiada capacidad de elegir.

Esto cambió en 2016-17, donde el desarrollo y la tecnología de los chips dio un salto gigante, permitiendo ampliar la vida útil de un ASIC hasta los 2 años. Siendo más a día de hoy.

Desde entonces, los mineros cambiaron su atención de “quien puede fabricarme los ASICs más rentables” a “donde puedo conseguir la energía más barata”.

Ahora ya podías comprar ASICs y llevártelos lejos e incluso cambiarlos de ubicación constantemente si era necesario. Ahora podías minar en cualquier lado y no estrictamente a pocos kilómetros del fabricante.

Y así es como bitcoin cruzó su camino con las energías renovables…

La relación entre los mineros de bitcoin y los productores de energía renovable

Llegados a este punto en el que se empezó a poder minar desde cualquier lugar del mundo, los mineros comenzaron la búsqueda de la energía más barata. El incentivo para esto es lógico: Cuanto más barata sea la energía que el minero consigue para realizar su actividad, más beneficio obtendrá.

La energía más barata es la que se desperdicia. La que no se puede vender porque no tiene demanda. La que se produce, pero no se consume. Y resulta que la red eléctrica está llena de ineficiencias…

Las localizaciones de fuentes de energías renovables o naturales, como por ejemplo presas o molinos de viento, están donde la naturaleza dice que tienen que estar.

Un molino de viento, por ejemplo, va a estar situado en una montaña donde corra mucho el aire y una presa de agua va a estar en determinado punto de un río.

El problema es que, normalmente, esos sitios no tienen por qué estar donde se esté requiriendo o demandando esa energía que se produce (zonas urbanas, zonas industriales…).

El resultado de estas disparidades de localización entre oferta y demanda de energía, es que mucha de esta se desperdicia al ser muy difícil/costosa de almacenar y transportar en largas distancias.

Y esta ineficiencia es la que viene a cubrir bitcoin con su minería. Al instalar una granja minera al lado de estas productoras ineficientes de energía, se empieza a rentabilizar el 100% de la oferta.

Este binomio entre bitcoin y la energía renovable resuelve un problema tanto para el minero, como para el productor de energía. Este último está encantado de venderle energía barata al minero, que de otra forma iba a desperdiciarse.

Esa energía es la más barata del mercado, al no tener demanda, y la que el minero busca por todo el globo.

Y esta relación entre ambas partes, aporta dos beneficios principales…

Bitcoin es la herramienta para hacer un planeta más sostenible

Por todo esto, podemos decir que, la minería de bitcoin aporta de forma positiva al ecosistema, principalmente, de dos formas diferentes.

La primera es consiguiendo que se puedan crear nuevos emplazamientos de energía renovable donde, a priori, no iban a ser rentables.

Podría ser que, para alimentar de energía a una pequeña aldea, no fuese rentable el construir una instalación de molinos de viento o una central nuclear. Ya que la energía que no consumiese esta aldea, iba a desperdiciarse.

Bitcoin hace viable económicamente la construcción de millones de instalaciones de energía renovable por todo el mundo. Haciendo así que la energía que previamente tuviesen que consumir pequeños emplazamientos, ahora pueda ser energía limpia cuando previamente no podía serlo.

En segundo lugar, es capaz de mitigar el impacto que otras industrias ejercen sobre el ecosistema. Te pondré el ejemplo más claro.

La extracción de petróleo genera gases nocivos, como lo son el metano y dióxido de carbono. Para evitar que el metano llegue a la atmósfera, se realiza un proceso conocido como “flearing”, que básicamente consiste en quemar ese metano y transformarlo en dióxido de carbono.

El metano se estima entre 25 y 80 veces más perjudicial que el CO2, por lo que esta práctica se considera “adecuada” … pero el dióxido de carbono, resultante del “flearing”, sigue contaminando el planeta.

Los mineros de bitcoin son capaces de coger este metano residual, que genera la extracción de petróleo, y quemarlo para generar energía que utilizan para su actividad, sin que CO2 se desprenda a la atmósfera. Evitando así una contaminación directa y nociva hacia nuestro planeta.

Incluso podemos ir más allá con este ejemplo:

Tan solo en los Estados Unidos, existen más de dos millones de minas de petróleo y gas abandonadas, que no se han cerrado de forma correcta.

Estas explotaciones negligentes, tienen fugas de gas entre los que se incluye también el metano. El EPA estima que estas minas inactivas propagan gases nocivos equivalentes a la emisión de 2-5 millones de coches al año.

Pese a que cada estado destina parte de su presupuesto a cerrar estas minas abandonadas, realizar esta tarea cuesta unos $100.000 por cada una… y hay un par de millones por cerrar.

Dinero que sale del contribuyente o de impuestos aplicados a la actividad de extraer esos recursos.

¿Qué puede hacer un minero de bitcoin? Hacen correr este metano por un generador de gas para producir electricidad que utiliza para que sus ASICs funcionen, impidiendo que las minas emanen gases hacia la atmósfera.

Así que, por resumir, la minería de bitcoin puede incentivar a la creación de nuevas fuentes de energía renovable que antes eran inviables económicamente; y puede diluir el impacto negativo que otras fuentes de recursos tienen sobre la capa de ozono.

¿En que punto se encuentra la minería de BTC?

Volviendo a que lo importante es no cuánta energía se consume, sino cómo la consumes, ¿en qué punto se encuentra la minería de bitcoin a día de hoy? ¿Está enfocando su actividad de forma sostenible hacía nuestro planeta?

El último estudio del Bitcoin Mining Council (BMC), 18 de octubre de 2022, estima que la minería bitcoin está alimentándose, aproximadamente, a base de un 59.4% de energías renovables a día de hoy.

El crecimiento hacía este cometido está dándose a un 3% anual y convierte a la industria minera de BTC, en una de las más sostenibles que existe.

Geográficamente hablando, antes de la prohibición de la minería de bitcoin en China, se encontraba en este país prácticamente más de la mitad de la industria. Esto era debido a su inmensa oferta en energías renovables.

Tan solo con la energía renovable que regiones como Xinjiang desperdicia diariamente, existe suficiente energía para abastecer a toda la red de Bitcoin…

A día de hoy, la industria minera está mucho más dispersa por el globo, como podrás ver en este mapa.

Lugares como Texas, Kentuky o Nueva York en Estados Unidos, están ganando cuota al aprovechar el metano que emana de la inmensa cantidad de minas abandonadas de petróleo y gas que tienen.

Los mineros de bitcoin van a la carrera, buscando las fuentes de energía más barata… y esa resulta ser la renovable. Estudios estiman que, para finales de 2024, podríamos estar ante el primer sistema monetario que alcanza las cero emisiones.

Se dice pronto…

Conclusión

Habiendo aclarado que la minería de bitcoin tiene un potencial enorme en cuanto a su aporte positivo para con el ecosistema terrestre, concluyamos con un punto de vista diferente e interpretativo.

¿Cuánta energía merece consumir cualquier industria? ¿Qué industrias merecen consumir más y que otras menos?

Existen innumerables industrias consumiendo cantidades ingentes de energía, y ni mucho menos lo hacen a partir de fuentes renovables o de forma sostenible. Y cuales “merecen” seguir consumiendo así, dependerá totalmente de gustos del consumidor y valores de cada individuo.

Quizá a alguien no le guste ver vídeos en YouTube y piense que esa industria, que consume auténticas barbaridades de energía, no tenga sentido. Hay quien va a trabajar andando o coge la bici; hay quienes no han cogido un avión en su vida, o que odian la navidad y sus luces…

Pero, ¿cuánto debería consumir todo un sistema monetario libre?  

Sería iluso decir que el dinero no es importante. Todo el mundo utiliza el dinero. Esa forma de lenguaje que nos permite transmitir a otros el valor que cada cosa tiene para nosotros.

Si eres de las personas que cree, erróneamente, que bitcoin es un esquema ponzi o que solamente se utiliza para delinquir o lavar dinero, obviamente no vas a otorgarle importancia a su consumo de energía.

Sin embargo, si eres de esas personas, como las hay cientos de millones, que intenta escapar de la opresión monetaria de su gobierno, la inflación, el control de capitales; si eres alguien que intenta enviar dinero a su familia a la otra aparte del mundo, sin que una entidad centralizada le quite un 30%; si eres alguien a quien el sistema no bancariza; o si simplemente eres quien intenta ser algo más libre y soberano, entonces, seguramente, pienses que ese consumo de energía es de extrema importancia.

Si rechazas la utilidad de bitcoin, obviamente, no importa cuanta energía consuma, siempre te parecerá demasiada. Pese a que, la realidad, es que es una red mundial monetaria, que proporciona una vía de asentamiento/transmisión de valor de forma apolítica y sin importar quien la use, utilizada por cientos de miles de personas y con transacciones diarias equivalentes a billones de dólares…

Lo que nadie puede negar es que la gente muere cuando no tiene acceso a energía. Muere de frío; de calor; por falta de servicios médicos; de hambre por no poder conservar los alimentos…

El consumo de energía está integrado en nuestras vidas y tiene una relación directa con la calidad de esta. Hay que procurar su abundancia, de forma eficiente y respetuosa con el medioambiente.

Producir más energía de la que consumimos es bueno. La minería de bitcoin convive en el espacio entre la que se produce y la que se consume. Incentivando la expansión de las energías renovables.

La minería de BTC convierte ese exceso de energía, lo que se consideran desechos, en el activo monetario más libre e incorruptible que jamás haya existido.

Un artículo de
Comparte y comenta
Twitter
Telegram
LinkedIn
Facebook
Otras publicaciones

Únete a la newsletter de la Revolución Capitalista